miércoles, 7 de abril de 2021

Los valores en el deporte

Algunas de las razones fundamentales para proponer la práctica del deporte escolar son: Promover la salud en los jóvenes. Socializar a los jóvenes y enseñar valores y comportamiento. Desarrollar su personalidad y someterle a las reglas del equipo o grupo.
Debemos tener muy presentes que la simple participación en las prácticas físico-deportivas no genera automáticamente los valores deseables para la convivencia humana y para la buena marcha de la práctica deportiva. Se hace necesario un sistema que facilite la promoción y desarrollo de valores sociales que nos permita aprovechar este marco de actuación que es el deporte.
Gutiérrez (1995) distingue entre los valores sociales y los personales y dentro de ellos agrupa los valores que pueden desarrollarse en y a través del deporte.
Valores sociales: Respeto Cooperación Relación social Amistad Competitividad Trabajo en equipo Participación de todos Expresión de sentimientos. Convivencia. Lucha por la igualdad. Responsabilidad social. Justicia. Preocupación por los demás. Compañerismo Valores personales Habilidad (física y mental) Creatividad Diversión Reto personal Autodisciplina Autoconocimiento Mantenimiento o mejora de la salud Autoexpresión Logro (éxito-triunfo) Autorrealización Recompensas Reconocimiento Aventura y riesgo Imparcialidad Deportividad y juego limpio Espíritu de sacrificio Participación lúdica Perseverancia Humildad Autodominio Obediencia
Una vez planteados los valores que pueden trabajarse con la práctica deportiva, llega el momento de hablar sobre cómo tiene que ser el deporte para incidir positivamente en la educación en valores de las personas. Para educar en valores, el deporte debe plantearse de forma que permita:
Fomentar el autoconocimiento y mejorar el autoconcepto. Potenciar el diálogo como la mejor manera de solucionar los conflictos que se presenten. La participación de todos y todas en el análisis, la toma de decisiones y, en general, el funcionamiento del grupo. Potenciar la autonomía personal de los individuos implicados en los diferentes niveles de intervención. Aprovechar el fracaso como elemento educativo. El respeto y la aceptación de las diferencias individuales. Potenciar la actividad deportiva como un escenario de aprendizaje de conductas y hábitos coherentes con los planteamientos aceptados por el grupo. Aprovechar las situaciones de juego para trabajar las habilidades sociales encaminadas a favorecer la convivencia, no sólo entre los miembros del grupo, sino entre ellos y otras personas y colectivos implicados.
El juego y el deporte, son las formas más comunes de entender la Educación Física en nuestra sociedad. Por ello debe aprovecharse como elemento motivador potenciando actitudes y valores positivos.

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